Basta de Violencia en la U.B.A

martes, 9 de octubre de 2007

Dejamos que ....

En el trayecto hasta acá dejamos a la ex ministra de Economía, Felisa Miceli, y su bolsa de dinero lejos de los medios y de la respuesta: ¿de dónde salió la plata? No nos interesa, al menos admitamos la verdad. Dejamos a Romina Picolotti, secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, con nombramientos y gastos sin justificar. Dejamos a Skanska y a Greco como "casos" de esos que, en definitiva, siempre y con todos los gobiernos hay. ¿Si ayer tuvimos el escándalo IBM-Banco Nación por qué no podemos tener hoy el bochorno de Skanska? Dejamos armas contrabandeadas a menos del precio de un kilo de pan y a la titular de Defensa, Nilda Garré, sin saber lo que es un FAL pero con las llaves de la ESMA en la mano como si fuera la dueña. Dejamos a Daniel Varizat: allá él con su conciencia. Dejamos un incremento del 93% de delitos denunciados con la emoción de las marchas y las antorchas en Plaza de Mayo exigiendo seguridad. Dejamos los anuncios de escuelas y viviendas a inaugurar en el atril del Salón Blanco. Dejamos a Perón descansando en San Vicente tras una batalla campal, batalla que se sigue librando en dondequiera que haya un trabajador reclamando. Dejamos las barras bravas de los clubes de fútbol y los dirigentes de Quebracho disfrutando la libertad. Dejamos a María Marta García Belsunce y a Nora Dalmaso sin descansar en paz. Dejamos a la oposición discutiendo si hay que unirse o no. Dejamos las Fuerzas Armadas desmanteladas. Dejamos a los hospitales con paros y a los docentes sin enseñar. Dejamos un centenar de funcionarios sospechados de corrupción. Dejamos a Julio Jorge López desaparecido y a Luis Jerez sin secuestradores. Dejamos los barrios privados sin privacidad. Dejamos al suboficial santacruceño Jorge Sayago muerto y enterrado sin marchas siquiera como sí las tuvo Carlos Fuentealba. Dejamos al campo atado de pies y manos a las retenciones y al gasoil que no hay. Dejamos las fechas patrias con actos partidarios y a los próceres sin conmemorar. Dejamos los decretos de necesidad y urgencia suplantando al Congreso Nacional. Dejamos superpoderes y discrecionalidad. Dejamos la historia contada por la mitad. Dejamos un 500% más de consumidores de paco. Dejamos una inflación oficial y una inflación paralela… Dejamos dos Argentinas: una sin rumbo, a la deriva; y otra oficial que describen como si fuera Suiza.
En síntesis, dejamos a los argentinos cosechando su propia siembra y asombrados porque, tras sembrar maíz, no brotó trigo… Y dejamos una duda existencial: ¿somos ajenos a lo que pasa acá? De una u otra manera, todos, o la gran mayoría, somos responsables de esta realidad. Aun cuando resulte incomprensible que este sea el país que soñamos tener y dejar.

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