
El episodio allí sucedido afecta no sólo a esa provincia, la situación se extiende a lo largo y ancho de toda la República Argentina, con lo cual no me suscribo a sus habitantes, por el contrario, hago referencia y me remito a sus instituciones, la credibilidad de su pueblo depositada lenta y tímidamente en las mismas, el respeto hacia aquellas. ¿Va a ser el mismo? Se siente ese derecho-deber cívico que hemos anhelado por tanto tiempo?, o la sensación que circula en el electorado se asemeja a una carga “sin sentido, ni decisión”, manipulable por aquellos que ostentan el poder, aunque ello resulte de prácticas ilegítimas, usurpadoras, habiendo trepado a éste bajo “sospechas certeras”, raro el término, NO, una realidad argentina las sospechas, dejan de ser tales y abandonan el campo de la duda para alistarse en el de los hechos consumados no esclarecidos, ocultados, lo cual son conceptos totalmente diferenciados uno del otro, el Método utilizado es: explotando hábil pero peligrosamente la desmemoria que padecemos, esta patología que nos caracteriza ya ha llegado al punto en el que no hace falta un acto bueno o asimilable a él para que proceda el borrón y cuenta nueva, sino que a Skanska, lo tapó Felisa y su bolsa, y a esto lo opacó Antonini, Chávez, Venezuela, Funcionarios locales, Jets privados, y la valija con 800.000 dólares, el mal que nos aqueja se agrava día a día, “golpe a golpe diría J. M. Serrat”.
¿Nos quedan esperanzas, ilusiones para los comicios de Octubre o simplemente debemos hacer tiempo para que una vez más se lleven el tan preciado botín?
El intendente Luis Juez, vencido en las pasadas elecciones por 1.1% equivale a unos 17 mil votos sobre más de 1.600.000 sufragantes, habiendo protagonizado una manifestación de alrededor de 30.000 cordobeses “28.000 afirmo Schiaretti” reclamando la reapertura de las urnas y el recuento “voto a voto”, no es éste motivo suficiente para otorgarle al gobierno entrante, sea cual fuera éste “actualmente Schiaretti” la legitimidad que merece el aparato gubernamental de la provincia de Córdoba.
Para concluir es dable considerar un último interrogante en caso subsistir el fantasma del fraude electoral. ¿Va a aguantar el pueblo cordobés cuatro años de incertidumbre o ante el primer incidente va a estallar y cortarse por lo mas delgado?. Asombrosamente lo mas frágil aquí es la confianza de los gobernados para con los gobernantes.
Una provincia lo pide, la Argentina lo necesita, TRANSPARENCIA, HONESTIDAD y RESPETO....no son muchos creo yo los requisitos.
Nota: Por Mariano del Corro, estudiante de Derecho.
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